Ascenso al pico Tristaina.

En esta ocasión nuestras ganas de aventura nos llevo a Toni,Paco y a mi a intentar hacer cumbre en uno de los picos mas altos del pirineo andorrano,el pico Tristaina de 2878 metros.El reto era difícil ya que posiblemente nos encontráramos con hielo y nieve en el ascenso,eso junto con que mi preparación física no estaba a la altura de Toni y mucho menos de Paco que esta mucho mas acostumbrado a este tipo de aventuras alpinistas.El paisaje que nos encontremos fue espectacular,lagos alpinos rodeados de cumbres majestuosas que retaban al espectador en su dureza,las primeras nieves habían hecho acto de presencia y daba un toque mas salvaje aun del entorno.

Comienzo de la ascensión.

La ascensión empezaba a endurecerse conforme íbamos cogiendo altura,la falta de oxigeno se hacia notar y la nieve acumulada en algunas partes del camino nos daba algún que otro susto con los resbalones,la temperatura cuando empezamos a subir seria de unos -2 grados aproximadamente,empezamos la ruta a las 10'15 y teníamos previsto poder llegar arriba a la hora de comer,los lagos que nos ibamos encontrando iban haciendo mas amena la fatigada ruta.El silencio reinante era sobrecogedor,solo interrumpido por ocasionales graznidos de las chovas piquigualdas que son numerosas en la zona.

Panorámica de la entrada al valle

Vista de uno de los lagos alpinos.

Después de deleitarnos la vista con el contraste azulado de los lagos junto con el blanco puro de la nieve vino realmente lo duro de la aventura.Llegamos al punto de referencia de indicación después de una pronunciada cuesta pedregosa que nos hizo polvo los tobillos,desde allí podíamos divisar por fin la cumbre del Tristaina que se alzaba ante  nosotros majestuoso y amenazador.

Toni y yo junto el indicador de inicio de ascenso.

Comenzamos a subir sin saber si de verdad seriamos capaces de hacer cumbre,yo en particular estaba bastante fatigado pero la motivacion de lograr llegar a la cima era mas poderosa que las ganas de abandonar.La pendiente era monstruosa,un desnivel casi vertical en el que predominaba la roca suelta y que hacia muy peligroso el ascenso.Poco a poco dejabamos atras el paisaje de lagos y hielo para dar paso a afiladas crestas de considerable altura.El dia claro ayudo para esta ventura e incluso el calor se hizo notar.

Toni enfrente de nuestro objetivo,el Tristaina.

En pleno esfuerzo hacia la cima.

Ya la cumbre estaba cerca,los descansos eran mas frecuentes cada vez debido al cansancio,no teníamos prisa por llegar eso lo teníamos claro,como también el hecho de conseguir llegar al pico.Maldeci en multitud de ocasiones a mi gran amigo Paco por haberme convencido de esta locura,pero dentro de mi también le agradecía profundamente el haberme enseñado semejante paisaje que quedaría grabado en mi memoria para mucho tiempo.Toni también lo paso mal pero supo reponerse perfectamente y dar animo a los demás.

Paco a pocos metros de la cumbre

A pocos metros de llegar al objetivo.

Por fin llegamos a la cumbre con una alegría indescriptible,valió la pena cada esfuerzo y cada traspiés,la vista no se puede describir con palabras,hay que vivirlo.Fueron cuatro horas de ascenso,comimos y todavía nos aguardaba el descenso que podía resultar peligroso,no hubo problema y llegamos al coche sin ningún percance,agotados nos pusimos en marcha para llegar a Andorra a tomar un café y reponer fuerzas,sin duda fue una aventura inolvidable y que nos sirvió para descubrir nuestro poder de superacion.

Toni y yo descansando en la cumbre.

Vista desde cumbre del Tristaina.